martes, 15 de abril de 2014

PARÁBOLA



He salido hoy a mediodía a dar un paseo por la zona, y al atravesar la plaza frente al cementerio, me he detenido frente a esta estatua "PARÁBOLA"; he mirado los alrededores, y me he dado con que esta es la única obra en este espacio verde. Detenidamente, he observado con curiosidad cada detalle de la misma, y sin dudas, está ahí para recordar a "El pensador"; aunque los detalles de esta réplica son muy inferiores, eso sí: los mismos dicen mucho (aunque muy pobremente, en realidad).



[Un hombre sentado en una especie de banco sin respaldo (tal vez una piedra), reclinado sobre sus espaldas, con el codo apoyado en una de sus piernas, las cuales se encuentran cruzadas entre sí, y con una mano sosteniendo desde el mentón la curva del cuerpo en reposo, levemente tirada hacia adelante. La pierna que sirve de apoyo al brazo que sostiene la cabeza está apenas más elevada que la otra, pues su pies está apoyado sobre un libro (un volumen importante, tal vez, un tratado sobre la naturaleza). La visión del artista es obviamente clásica; el hombre es un griego, de seguro.]



Pero no son estos detalles lo que más llamaron mi atención (que de hecho, y descriptos por mí suenan terribles, pues nada sé de arte como hablar de ello), sino cosas como el gesto profundo de reflexión, y hasta los signos de angustia en esta figura de "pensador" o "filósofo", tal vez. No, no han sido ni siquiera estos detalles los que me han despertado la curiosidad. Ha sido más bien, el lugar geográfico de la misma, la postura señalizada hacia o en pos de... las puertas principales del cementerio. E inevitablemente, y tal vez, hasta caprichosamente, se me ha venido a la cabeza "el reino de todavía", o sea, el pensamiento (como profesión), en Occidente.



He continuado mi camino a casa, jugueteando con mi hijo, y mientras, pensaba en lo siguiente:



¿No ha sido, acaso, la historia toda de Occidente, esto de pensar "por" y "para" la muerte? Y lo más grave todavía, ¿no ha sido (y es todavía) el pensamiento Occidental, un pensar "desde" la muerte?; pues, ¿qué otra cosa es el cristianismo, sino un pensar la vida "desde" la muerte? Y la verdad es que esto ya está en la cuna del pensamiento occidental, en la Antigua Grecia. Desde Platón, y aún desde antes, tal vez, desde el viejo Sócrates, y más atrás todavía. Y como el cristianismo no fue ajeno a la apropiación de las herramientas argumentativas de los griegos, más todo el bagaje del nuevo culto de los judíos seguidores del hijo del carpintero de Belén, la muerte siempre ha estado presente en la forma de pensar y ver el mundo. La muerte se hizo cultura, aparato y andamio ideológico de todo el pensamiento occidental, desde la Antigüedad, pasando por el Medioevo y la Modernidad, e incluso hasta nuestros días... Continuará









(Fragmento)